Historia del estilo.
Corre la década de los años 20
cuando la moda empieza a experimentar cambios y surge de entre todos los
diseñadores una mujer que rompe con todas las normas preestablecidas hasta
entonces. Estamos hablando de
Gabrielle Bonheur Chanel, más conocida como Coco
Chanel. Quién decide liberar a la mujer de pesados e incomodos vestidos y
propone una moda totalmente revolucionaria.
Años antes, Paul Poiret consigue
erradicar el corsé del vestuario femenino, pero quién realmente aporta
libertad, dependencia y “rebeldía femenina” (para la década) es Chanel.
Se puede decir que los vestidos
cóctel nacen gracias a la diseñadora, ya que acorta el largo del vestido, lo
hace elegante, cómodo, y consigue que las mujeres lo vistan en cualquier
momento del día.
En los años 40, Christian Dior
bautiza a este tipo de vestido como vestido cóctel y propone un cambio,
estrechando la cintura y volviendo a dar importancia y volumen a la falda. Esto
es lo que se conoce como New Look.
El cocktail dress surge en
Estados Unidos en la década de los 50 cuando la sociedad de la época sustituye
la hora del té por salir a tomar combinados y encontrarse en los bares de moda,
vistiendo todas las mujeres éste tipo de vestido y fijando nuevas normas
sociales. Estrellas del cine como Marilyn Monroe o Audrey Hepburn ponen aún más
de moda este tipo de vestido, y elevan ciertos diseños al nivel de “vestidos
históricos” (cómo el blanco de Marilyn en “La tentación vive arriba” o el
vestido negro de Audrey en “Desayuno con diamantes”)
En la actualidad el vestido
cóctel deja de ser utilizado en exclusiva para la asistencia al clásico cóctel,
pasando a ser adecuados en diferentes ocasiones sociales: eventos, bodas,
bautizos, etc…
El vestido cóctel debe llevarse a
la altura de la rodilla, aunque existen ligeras variaciones. Si es por debajo de ésta, se llama “longitud
del té” , y si es ligeramente por encima , “longitud de bailarina”. Ambos
largos funcionan tanto si es un acto de día como de tarde.
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